Terapia con Masaje Facial




Masaje Facial
¿De qué se trata?

El masaje facial abarca un conjunto de técnicas basadas en manipulaciones manuales sobre el cutis con el propósito de que los tejidos cutáneos dérmicos y musculares conserven por el mayor tiempo posible su elasticidad y firmeza, y dar de esta forma al rostro una apariencia juvenil y hermosa.
Es además, un tratamiento de belleza muy común y buscado, principalmente por las mujeres, ya que como todo masaje, llena la piel de grandes beneficios. Y dado que nuestra cara es nuestra carta de presentación, vale la pena mantenerla firme, elástica y radiante.
Los tratamientos faciales son cada vez más populares, hoy en día dados los beneficios del masaje, se acompañan de un masaje en el cutis. El cual, justamente es de las partes que más gusta la gente por la sensación de confort y relajación que genera.
Recuerde, que en la cara además hay músculos, que al igual del resto de los otros músculos del cuerpo,  solicitan  de atención y son además susceptibles a la flacidez.

El masaje facial es ideal para evitar y calmar las tensiones de la vida diaria que se reflejan en nuestra expresión facial

Efectos
    Activa circulación sanguínea
    Favorece circulación linfática
    Acelera la regeneración celular del cutis
    Aumenta la producción de glóbulos rojos
    Elimina toxinas
    Elimina bolsas en los ojos
    Elimina ojeras
    Favorece el contorno facial

El masaje facial devuelve al cutis  su elasticidad, tersura y aspecto sano

Pasos
Es una técnica fácil. Usted mismo puede aprender a efectuarla, y darse sus propios masajes faciales en casa cuando tenga gusto.
    Puede usar su crema facial de uso diario, o bien,  aceite mineral o de alguna fragancia como el de almendras.

    Comienza en el escote. Realiza movimientos hacia arriba únicamente con  las yemas de los dedos y ambas manos de forma suave sin ejercer presión.

    En el cuello sigue con los movimientos hacia arriba con  las yemas de los dedos, las palmas de tus manos o  los nudillos.

    Desliza los dedos sobre tu rostro, siempre hacia arriba. Puedes usar movimientos rectos o circulares.

    Busca el centro  de la frente y con la palma de tus manos, masajea hacia fuera, en dirección hacia las sienes.

    Masajea alrededor de los ojos, siguiendo su contorno, da golpes pequeños y ligeros con las yemas de los dedos, en el hueso de la fosa orbital.
    Haz círculos hacia arriba con tus yemas a ambos lados de la nariz.

    Ejerce con tus manos una pequeña presión sobre tu frente.

    Ahora, por último date pequeñas palmadas en el rostro y listo!.



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